Una dosis más de zombies un mes después de soñarlo

Hola a tod@s, es increíble como pasa el tiempo. La última entrada la puse hace un mes, justo cuando tuve el último sueño de zombies y mi intención era narraros ese mismo después de hablaros del que dejé en esa entrada. Pero en tiempo ha pasado y no lo he podido escribir hasta ahora, por suerte mi enferma mente está más en mi mundo que en este, por lo que a pesar de haber pasado ya un mes desde que lo soñé, me acuerdo perfectamente de todos los detalles. Ahí va, por cierto,este es de los buenos no de los de videojuegos en los que lo paso horriblemente mal, disfrutarlo.

Me encuentro en una gran ciudad, las calles están prácticamente desiertas puesto que el ataque de los zombies ya se ha llevado a cabo y la gente no quiere permanecer por más tiempo en esa ciudad fantasma. Pero yo no me puedo ir sin antes cumplir mi misión de acabar con todos los zombies y asegurarme que ninguna persona más vuelve a caer en sus garras. Voy andando por las lúgubres calles con un traje negro y completamente armada hasta los dientes, doblo una esquina y me encuentro con unos zombies al final de la calle. No tengo que hacer mucho esfuerzo por ir a por ellos ya que los mismos zombies son los que vienen a mi corriendo a gran velocidad pero de forma torpe, como si se fueran a caer en cualquier momento. Saco mi metralleta de la espalda y me pongo manos a la obra a dispararles sin parar hasta que consigo eliminarlos. Me aseguro que están bien muertos esta vez y no se volverán a levantar, después corro toda la calle en busca de más zombies o si hay suerte, de alguna persona con vida y sin mordeduras.

Llego a una intersección y en el centro me encuentro a una persona rodeada de zombies, viste un traje gris claro. Salgo corriendo todo lo que puedo al tiempo que doy voces con todas mis fuerzas para tratar de atraer la atención de los zombies para que dejen en paz al señor y asegurarme de que no le atacarán. Parace funcionar, los zombies no le atacan pero tampoco se marchan de su lado. Sólo unos pocos se separan acortando con sus pasos torpes pero rápidos la distancia que nos separa hasta que se ponen a tiro y comienzo a reducirles con mi metralleta. Me quedo sin balas, arrojo al suelo la metralleta y saco una escopeta de cañones recortado que llevo atada a mi pierna y prosigo la aniquilación de los zombies. El señor del traje gris clarito se agacha en el suelo para no ser alcanzado por ninguna bala perdida. Tengo que darme prisa ya que los zombies aprovechan ese momento de confusión con el hombre en el suelo para ir a comérselo. Poco a poco me voy haciendo hueco entre los zombies hasta que consigo llegar a donde se encuentra agazapado el señor, le cojo del brazo y de un tirón le levanto. Le pregunto si se encuentra bien o está herido, él me asegura que se encuentra bien, trataron de morderle pero no lo consiguieron gracias a mi ayuda. Pido al hombre que mantenga la calma y se situé a mi espalda para que no resulte herido mientras disparo a los zombies. Prosigo disparando y cargando con precisión mi escopeta recortada hasta que me quedo sin cartuchos. Echo ambas manos atrás y saco unas pistolas de unas fundas situadas en las caderas y continúo disparando aunque parece inútil, puesto que por cada zombie que elimino, dos o tres aparecen por la calle reuniéndose con nosotros. La situación se vuelve desesperante porque a penas me queda munición, pero no pienso dejar que esos monstruos me toquen ni al señor que estoy protegiendo. Unos le cogen de piernas y brazos para tratar de separarle de mi lado y poder devorarle a sus anchas pero rápidamente me doy la vuelta para impedirlo con un balazo en la cabeza de cada zombie que lo tenía sujeto.

La situación empeora en el momento en que me quedo sin ninguna munición, sólo me queda mi cuerpo como única arma. Empiezo a defenderme con patadas, no consigo causarles mucho daño pero al menos les mantengo un poco a raya. El señor comienza a llorar viendo que todo está perdido, le pido que no se de por vencido tan pronto porque todavía sigue vivo. Pero comienzo a notar el cansancio y cada vez mis patadas son más lentas y menos efectivas. Sólo puedo hacer una cosa, en un último intento de salvar al señor le abrazo cubriéndole con mi cuerpo como puedo para que los zombies no le toquen. Siento que se acerca mi final pero en ese momento escucho disparos a mi espalda. Los zombies comienzan a alejase de nuestro alrededor y correr calle arriba hacia la procedencia de los disparos. Me pongo en pie y veo un hummer de color negro con una ametralladora en el techo un hombre disparando, parece una especie de soldado pero su uniforme es de color negro al igual que el mio. Otro hombre, algo más joven que el que dispara, baja del coche y se acerca hasta nosotros preguntando si estamos bien. El hombre asiente, les doy las gracias y le pregunto quienes son. El hombre joven me asegura que ya no tengo nada por lo que preocuparme, ahora puedo contar con su ayuda para este tipo de situaciones y ya no estaré nunca más sólo luchando contra los zombies. Nunca antes había tenido un equipo que me ayudasen a acabar con los zombies por lo que no se si la idea me gusta o no, aunque reconozco que de no ser por ellos, ahora sería un muerto viviente más. El hombre joven me tira un arma y los dos juntos vamos corriendo a terminar el trabajo y a poner al señor del traje gris a salvo.

En este punto fue donde me desperté, fue un sueño muy curioso porque siempre he soñado que los mataba yo sola. salvo una vez, no se si os lo he contado. Creo que no porque los sueños a los que me estoy refiriendo los tuve hace dos años, la cuestión es que iban de menos a nada.

En uno me volví a quedar sin munición y me quedó de ese una imagen que jamás se me borrará, un zombie se me acercó para morderme y no me quedó más remedio que ponerle ambas manos en la cara para sujetarle y alejar su boca descarnada de mi.

En el siguiente, directamente no tenía armas y me tuve que defender a golpes. El de después fue parecido al anterior, tampoco tenía armas y lo único que podía hacer era correr para salvar mi vida.

En el siguiente, seguía sin armas y por primera vez pasé miedo en un sueño con zombies.
En el siguiente, me dieron el aviso de la llegada de los zombies y fui corriendo hasta un garaje situado en medio del campo para coger una moto y mis armas. Pero en ese momento, justo cuando ya estaba subida en la moto y a punto de arrancarla, apareció un coche similar al del último sueño con unos hombres a modo de militares o equipo especial. El conductor bajó la ventanilla para decirme que ni lo piense porque yo ya no podía seguir matando zombies, era como si me hubiesen dejado fuera a raíz de los anteriores sueños.

En el siguiente a ese, estaba con ellos. Ese equipo especial me habia dado una oportunidad para enfrentarme a los zombies otra vez y demostrar que efectivamente podía volver a luchar contra ellos. Al principio tenía miedo y ello provocó que el equipo me mirara con malas caras pero al final me armé de valor y me puse a luchar.

En el posterior sueño, ya volvía a luchar yo sola como siempre lo había estado haciendo hasta ese momento y todo volvió a la normalidad. Después de todo esto me planteo si mi subconsciente se encuentra bien o no, porque hablando con la gente, no conozco a nadie que le pase estas cosas. En el sentido de enlazar unos sueños con otros de forma que tengan un orden y sentido, así como que me pueda acordar con tanta claridad de lo soñado. Supongo que estoy destinada a perder la cabeza y todo esto no es sino la prueba de ello.